miércoles, 24 de febrero de 2021

ROSACEA OCULAR Y LA LUZ PULSADA INTENSA COMO TRATAMIENTO NOVEDOSO EN LA ENFERMEDAD DEL OJO SECO.

 

                                                         

Rinofima y blefaritis crónica con afectación corneal, paciente con rosácea y rosácea ocular.


La rosácea se reconoce como una enfermedad cutánea que se caracteriza por ser inflamatoria y crónica, que presenta visiblemente rubor facial, telangiectasias, pápulas, edema, escozor y que comúnmente se distribuye a nivel de la frente, la nariz, mejillas, el mentón, pero también puede verse afectada la zona ocular, el cuello, la espalda hasta el cuero cabelludo etc., esta patología según la sociedad nacional de la rosácea predomina más en adultos, sin embargo la edad infantil no es ajena a presentarla; aunque su porcentaje es mínimo. Según su etiopatogenia se presume que no existe una etiología determinante, pero hay factores asociados como la exposición climática, los químicos, susceptibilidad genética, la alimentación también puede ser determinante como los picantes, el alcohol y las bebidas calientes, el estado emocional juega otro papel importante como el estrés junto con fármacos y productos para la piel.[1]
En este caso el interés es hablar sobre la rosácea ocular con el objetivo de conocer e identificar esta patología y ofrecer el mejor manejo multidisciplinario, ya que es una enfermedad que implica una serie de alteraciones oculares donde el paciente puede presentar diferentes signos y síntomas, es así como en una consulta realizando una biomicroscopia podemos llegar a observar diferentes alteraciones como por ejemplo; blefaritis, madarosis, hiperemia conjuntival, descamación en parpados, disfunción en las glándulas de meibomio, papilas en la conjuntiva tarsal, collarines alrededor de las pestañas, presentar una película lagrimal inestable, neovascularización corneal, el paciente puede llegar a referir fotofobia, dolor, sensación de cuerpos extraños, visión fluctuante, afectando no solo la integridad palpebral, zona de la conjuntiva sino también la zona corneal. Sin embargo, la rosácea ocular puede llegar a ser subdiagnosticada ya que sus manifestaciones clínicas pueden ser bastante inespecíficos y muchas veces un 90% de los pacientes tienen cambios sutiles en la piel, donde el 20% de los casos, los signos oculares pueden incluso preceder a la afectación cutánea característica (Cabreira et al., 2012). Es por ello clave la correlación de datos e identificación de las diferentes manifestaciones, pero lo más importante es encontrar la causa que las precede, hay que entender que la primera manifestación ocular más recurrente es la blefaritis y cómo la disfunción de las glándulas de meibomio se vuelve bastante evidentes, ocasionando obstrucción, crecimiento de bacterias y por consiguiente inestabilidad de la película lagrimal.[2]

                                     Figura 2

Existen diversos tratamientos para la rosácea ocular todos se diferencian y se envían dependiendo de la gravedad de la enfermedad donde iniciaremos por la eliminación de todo factor desencadenante y es así como se requiere un tratamiento en conjunto con diferentes especialidades. El profesional puede iniciar desde un tratamiento con compresas tibias, tratamientos tópicos, sistémicos, hasta una alterativa bastante usada en dermatología como lo es la terapia de luz pulsada intensa (IPL) “famoso” en la medicina estética y que en este caso puede llegar a convertirse en un tratamiento de la rosácea entre otras afecciones de la piel y lo que busca es el cierre de los vasos sanguíneos anormales disminuyendo así el crecimiento bacteriano palpebral y no ajeno a esto un plus adicional y es que esta herramienta mejora significativamente la enfermedad del ojo seco, a través de esas pulsaciones del equipo se da un proceso fotoquímico que mejora la inflamación y los niveles de las quimiocinas que son relacionadas con esa inestabilidad lagrimal e integridad de la superficie ocular, modulando así el alza de esas citocinas a través de la aplicación del IPL dando como resultado la producción normal de las glándulas de meibomio, disminución de la carga bacteriana y por consiguiente una mejora invaluable en la enfermedad del ojo seco evaporativo. Esta herramienta no es muy usada en el campo de la oftalmología, pero claramente el aporte de esta tecnología puede llegar a estar al alcance y convertirse en otra alternativa de tratamiento que ayude a minimizar estas patologías.[3]

Finalmente podemos concluir y evidenciar que cada signo y síntoma nombrado tiene una relación bastante estrecha. En el ejercicio de la optometría se podría mejorar la calidad de vida de un ser humano, conservando la integridad en lo posible de cada estructura ocular y minimizar cualquier riesgo, hay que entender cada manifestación clínica, identificar diagnósticos diferenciales, los pacientes deben recibir un tratamiento multidisciplinario, recibir un seguimiento con exámenes oculares regulares que permitan el control de estas manifestaciones y evitar cualquier compromiso en la superficie corneal y por consiguiente, daños oculares irreversibles en muchos casos. Es por ello que me uno a investigar, pero sobre todo a la invitación de la Dra. Ana María Abad Vélez Médica y Cirujana CES de involucrarnos más con este tipo de tecnologías que se vuelven útiles de fácil manejo y sobre todo con resultados efectivos.


 

 

 

 

 

 

Viviana Carolina Lozano Diaz
Estudiante de Optometría
Universidad Antonio Nariño
Sede Medellín

 

 

 




 

Bibliografía

 

1. Cabreira Vieira, A. C., Hofling Lima, A. L., & J Mannis, M. (2012). Rosacea ocular - una revisión. Scielo, http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-27492012000500016&lng=en&nrm=iso&tlng=en. Sao paulo, Brasil.

2. Patiño Ramírez, B. E., Rodriguez García, A., & Perfecto Ávalos, Y. (2012). Alteraciones de la superficie ocular en pacientes con rosácea ocular. Elservier, https://www.elsevier.es/es-revista-revista-mexicana-oftalmologia-321-articulo-alteraciones-superficie-ocular-pacientes-con-X018745191245455X. Monterrey, México.

3. J. Dell, S. (2017). Luz pulsada intensa para la enfermedad del ojo seco evaporativo. Dovepress, https://www.dovepress.com/intense-pulsed-light-for-evaporative-dry-eye-disease-peer-reviewed-article-OPTH. Texas, EE.UU.

4.  Carrizosa M., Mesa K. Sanabria J. (2019) Rosácea ocular: diagnóstico y                       manejo optométrico. https://ciencia.lasalle.edu.co/svo/vol17/iss1/3/. Bogotá, Colombia.

5. Mejía L.F., Gil J.C. , Jaramillo M. (2019) Terapia de luz pulsada intensa regulada: un tratamiento complementario prometedor para la enfermedad de ojo seco. Recuperado de archivos de la sociedad de oftalmología publicado en Elsevier. Medellín, Colombia.

6. Xacur F., Díaz R., Herrera D., Moreno P., Méndez N. (2020) Manifestaciones    clínicas y evolución a largo plazo de tres casos de rosácea ocular atendido en un hospital de alta especialidad del sureste de México. http://www.scielo.org.co/pdf/bio/v40n3/2590-7379-bio-40-03-448.pdf . México.

 

                                                                                                    

 



[1] (Cabreira Vieira, Hofling Lima, & J Mannis, 2012)

[2] (Patiño Ramírez, Rodriguez García, & Perfecto Ávalos, 2012)

[3] (J. Dell, 2017)

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